El verano en España no solo es sinónimo de playa y sol. Para quienes buscan desconectar del bullicio y sumergirse en paisajes de montaña, pueblos con encanto y rutas naturales, el interior del país ofrece auténticos tesoros. Aquí te propongo cinco destinos de interior y naturaleza perfectos para viajar con calma este verano.
1. La Alpujarra: Magia entre montañas y pueblos blancos
En las faldas de Sierra Nevada, entre las provincias de Granada y Almería, se esconde La Alpujarra. Este conjunto de pequeños pueblos blancos, como Pampaneira, Bubión y Capileira, parece detenido en el tiempo. Sus calles empedradas, fuentes de agua fresca y terrazas con vistas a valles verdes invitan a pasear sin prisas.
Además de su belleza, La Alpujarra es ideal para los amantes del senderismo, con rutas que atraviesan barrancos, bosques de castaños y antiguos caminos moriscos. No te vayas sin probar su jamón y platos tradicionales como las migas o el plato alpujarreño.

2. León y Burón: Naturaleza salvaje y cultura leonesa
La ciudad de León es un destino perfecto para quienes buscan combinar historia, cultura y naturaleza. Su casco antiguo, la catedral gótica y la animada Plaza Mayor son solo el principio. Muy cerca, el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, con el pequeño pueblo de Burón como puerta de entrada, ofrece paisajes de montaña espectaculares, lagos y rutas para observar fauna salvaje.
Es el lugar ideal para desconectar, practicar senderismo o simplemente disfrutar del aire puro y la tranquilidad de la montaña leonesa.
3. Soria: Románico, naturaleza y sosiego
Soria es una provincia que sorprende por su riqueza monumental y su ambiente pausado. La ciudad, con su impresionante patrimonio románico, es solo el comienzo. En los alrededores, lugares como el Cañón del Río Lobos, la Laguna Negra o los extensos pinares de Urbión ofrecen rutas de senderismo y paisajes de cuento.
Soria es perfecta para quienes buscan historia, naturaleza y la calma de un destino poco masificado.
4. Valle de Arán: Verde, fresco y auténtico
En el Pirineo catalán, el Valle de Arán es sinónimo de naturaleza exuberante y pueblos de piedra con tejados de pizarra. Sus paisajes verdes, ríos cristalinos y rutas de montaña lo convierten en un destino ideal para el verano, lejos del calor y las multitudes.
Aquí puedes practicar senderismo, ciclismo o simplemente disfrutar de la gastronomía local en alguno de sus pequeños restaurantes familiares. El Valle de Arán es perfecto para quienes buscan autenticidad, aire puro y tranquilidad.
¿Listo para empezar a planificar tu viaje?